Tienes razón. La amo y no puedo vivir sin ella. La necesito y si ella sonríe yo soy feliz. Sin ella yo no sé que sería de mí. Me siento muerto cuando me voy sin uno de sus besos. Voy a llamarla y voy a recitarla mis sentimientos. Porque quiero y porque puedo. No creo que nadie se atreva a contradecirme, ya que sería un disparate. Nadie puede negar mi amor por ella. Podría decir directamente su nombre, y romper el romanticismo de la incógnita, pero paso. Espero que se dé por aludida, pues esto va dedicado a ella. Por ella, y por lo que nos queda por vivir. Porque es la dueña de mi corazón donde ya tiene escrito su nombre. Porque la adoro, y porque ella hace de mí una persona feliz.